Cocinero felpeó a capitán porque le halló desabrido el chapsui

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Filipino casi manda barco otto a pique, tras agarrar a sartenazos en el mate a jefecito mañosín
Marinos estaban chatos con las preparaciones culinarias del asiático y exigieron aplicarle PLR. Armada montó operativo para salvarles el pellejo y la tripamenta a tripulantes del mercante alemanujen "Cap Pilar"A. Lobo/R. Manzur

Picota porque el jefe de la tripulación le alegó que su comida era más mala que canapé de foca, un cocinero filipino agarró a sartenazos y luego amenazó con un cuchillo al capitán alemanujen del barco mercante donde laburaba.
Personal de la Armada, en su permanente labor de resguardo de la tripamenta de los hombres de mar, realizó un amplio operativo para desembarcar al asiático, que se puso a dar jugo de tuerca mientras navegaba desde el puerto de Callao a Iquique.
Los hechos se desencadenaron cuando la tripulación de la nave "Cap Pilar" le pidió a su capitán, Peter Frömmenr, que se lustrara los bototos y le chantara una descomunal PLR a Jaime Salceda, quien, según ellos, con suerte sabe poner la tetera.

¡Puaj!

Según los mercantes, sus refinados paladares ya no aguantaban el repugnante menú del chef, que incluía brochetas de mantarraya, cebiche de gaviota, chupe de lengua de jibia y jugo de bilis de lobo de mar.
También alegaron que el budín bicolor, la sopa de finas hierbas, los tallarines pomodoro, la pizza árabe y la "limonada de limón" los tenían atornillados al guáter.
El capitán escuchaba atento los reclamos, pero transpirando helado y con los cacheturris apretados tras zamparse un plato de chapsui de porotos con luche preparado por Salceda.
Caminando como pingüino, el otto se acercó al filipino para alegarle que el cocimiento estaba más desabrido que beso de farandulera y lo despidió nomás.
La PLR enfureció al "cochinero", quien agarró una sartén más grasienta que buzo de mecánico y se lo chantó varias veces en el mate.
Luego lo amenazó con obligarlo a comer sus últimas creaciones de cocina de autor: Piures bañados en salsa de yogur, consomé de uñas encarnadas y lentejas rellenas con sesos de anguila.

Llave cachete

Cuando el capi trató de defenderse, el tonto le hizo la famosa llave oriental "kelico" y lo amenazó con una quisca de 40 centímetros. Finito.
Urgido por su integridad, el teutón pidió ayuda por radio a la Armada, que altirante activó un operativo que culminó con el desembarque del filipino odioso en Iquique